La gestión de inventario es un proceso fundamental para cualquier empresa que aspire a aumentar su rentabilidad y satisfacer la demanda de sus clientes. Gestionar los stocks significa controlar y optimizar el inventario de una empresa mediante un seguimiento riguroso de las mercancías disponibles en el almacén, su cantidad, su ubicación y su rotación.
Este tipo de gestión es una parte clave de la estrategia de negocio, ya que incide directamente en los costes de almacenamiento, el nivel de servicio y la rentabilidad final.
Para lograr una administración correcta del stock, es necesario establecer procedimientos claros y herramientas tecnológicas que garanticen la trazabilidad, la actualización de datos y la toma de decisiones en tiempo real.
En general, la gestión de stocks se articula en torno a tres pilares esenciales:
- El control de inventario, es decir, los movimientos de entrada y salida de mercancías.
- El reaprovisionamiento, o el abastecimiento del stock de almacén.
- La gestión de fichas de producto, que permite mantener la trazabilidad y la visibilidad del valor del inventario.
Las empresas suelen contar con un sistema de gestión integrado, software logístico y equipos de automatización como transpaletas standard o apiladores de pallets. Según el modelo de gestión empresarial, estas tareas pueden ser asumidas por el responsable de almacén o por un especialista en gestión de existencias.
A. Los tipos de stock
Existen distintos tipos de stock que una empresa puede mantener, dependiendo de su modelo de negocio y su proceso de producción:
- Materias primas
- Material consumible
- Componentes adquiridos
- Productos fabricados
- Artículos subcontratados
- Productos terminados
- Repuestos
- Artículos defectuosos u obsoletos
Para una gestión eficiente, estos stocks deben clasificarse (por ejemplo, mediante el método de clasificación ABC) y mantenerse organizados en el almacenamiento, facilitando así su localización, control y análisis. Establecer estas categorías contribuye a una administración correcta de los recursos y una mejor visibilidad operativa.
B. El almacén como centro estratégico
Desde una perspectiva técnica, el almacén es el punto central de la gestión de almacén. Su función principal es organizar el almacén y garantizar la disponibilidad de productos para satisfacer la demanda con agilidad.
En este espacio se almacenan los artículos de manera estructurada, se registran las entradas y salidas, y se recopilan los datos necesarios para la toma de decisiones en toda la cadena de suministro.
B1. ¿Cómo funciona el almacén?
Cada día, el almacén gestiona múltiples movimientos, según la actividad de la empresa.
Cuando entra mercancía, se realiza un control de calidad y cantidad. Se asigna un número de lote y se registra en el sistema.
Posteriormente, los productos se ubican en las zonas correspondientes.
Cuando hay una salida, se preparan los pedidos y se actualiza el sistema mediante procesos de automatización, lo que ayudará a mantener una gestión ágil y precisa.
C. El inventario como herramienta de control
El inventario consiste en realizar un conteo y verificación de las existencias del almacén en intervalos regulares. Este método de gestión permite conocer con precisión el valor del inventario y detectar posibles desviaciones entre el stock físico y el registrado.
Existen varios modelos para ello:
- El inventario permanente se actualiza con cada movimiento, lo que garantiza controlar en todo momento el stock disponible.
- El inventario rotativo, en cambio, se realiza de forma periódica en fechas planificadas, y es muy útil para optimizar el inventario sin detener la operativa diaria.
Ambos modelos tienen como objetivo garantizar la fiabilidad de la información, reducir errores y optimizar el uso del espacio y de los recursos.
¿Por qué es importante el inventario?
La importancia del inventario radica en su capacidad para detectar anomalías, ajustar registros y facilitar la toma de decisiones. En caso de discrepancias, se realiza un análisis de los datos y se regulariza la información.
Esta función suele estar coordinada con los departamentos contable y financiero, ya que impacta directamente en el beneficio empresarial.
D. Gestión de reaprovisionamientos
El reaprovisionamiento tiene como objetivo mantener un equilibrio entre lo que se vende y lo que se necesita almacenar, sin generar ni faltantes ni excesos. Para ello, existen distintos enfoques de planificación:
- Métodos empíricos, que se basan en el histórico de consumo.
- Métodos previsionales, que utilizan variables del entorno y la previsión de ventas.
Además, pueden aplicarse técnicas avanzadas como el modelo de Wilson, el sistema Justo a Tiempo (JIT), el método Kanban o el MRP.
En función del sector, también es posible implementar un modelo bajo demanda, especialmente útil cuando se gestiona un stock de productos de alta demanda y con ciclos cortos de reposición.
E. Enfoque estratégico de la gestión de stock
Una gestión eficiente del stock es clave en cualquier modelo de negocio orientado a la rentabilidad. El principal reto es encontrar el equilibrio justo entre disponibilidad de producto y costes logísticos.
- Un exceso de stock genera costes de almacenamiento innecesarios y bloquea capital.
- Una falta de stock puede provocar rupturas, retrasos en las entregas y pérdida de clientes.
Por eso, establecer un buen modelo de gestión permite satisfacer la demanda, mantener un buen nivel de servicio, mejorar la organización, y sobre todo, aumentar la rentabilidad de la empresa.
Consejos para gestionar mejor el inventario
- Establecer un sistema eficaz de control de existencias.
- Realizar análisis periódicos sobre la rotación del inventario.
- Mejorar la relación con los proveedores para agilizar la compra.
- Adaptar la estrategia al comportamiento del mercado.
- Implementar procesos de automatización para ahorrar tiempo.
Una buena administración del inventario no solo aporta orden y control, sino que también se convierte en una palanca estratégica para gestionar con éxito la logística, la rentabilidad y la satisfacción del cliente.
Consulte también:
10 reglas de oro para mejorar la seguridad en el almacén
Cross Docking: optimizando la logística para una distribución eficiente